Consejos para prevenir un ataque al corazón



Si quieres prevenirte de un ataque al corazón, y vivir una vida sana con estos simples consejos que te ayudaran a prevenirlo y mantenerte bien de salud :)

hay ciertos factores que pueden aumentar nuestro riesgo de padecer enfermedades como ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares que no están en nuestras manos, por ejemplo; la genética. Si tenemos la predisposición genética (o sea, a través de los genes) de sufrir problemas cardiovasculares, podemos disminuir las posibilidades con nuestras acciones, pero no evitarlas totalmente. Por el otro lado, nuestro estilo de vida depende de nosotros y eso puede influenciar significativamente si desarrollamos un infarto al corazón y/o un derrame cerebral o no. ¿A qué nos referimos? A lo que comemos, si hacemos ejercicio, si fumamos o no, si mantenemos un peso sano, si tomamos bebidas alcohólicas en exceso o no, si controlamos nuestros niveles de estrés, de presión arterial, de azúcar y de colesterol en la sangre.

¿Qué puedes hacer para proteger a tu corazón y prevenir problemas cardiovasculares?

Aquí 9 cosas concretas que tú mismo(a) puedes hacer para protegerte:

1. Mantente informado: Y no sólo me refiero a las novedades de la ciencia. Esto empieza por la información en tu familia. Para que sepas tu riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular es importante que sepas quién en tu familia ha tenido ataques al corazón, derrames o embolias cerebrales y a qué edad. O, si tuvieron algún procedimiento de angioplastia coronaria con “stents” o de by-pass (puenteo) para prevenir un ataque al corazón. Así como quién ha tenido presión alta, diabetes y/o colesterol alto.

2. Evita fumar y si fumas, procura dejar el cigarrillo: Evita el tabaco en otras formas. No es saludable. Además, procura evitar la exposición al humo de segunda mano.

3. Procura llevar una alimentación sana: Seleccionando frutas y vegetales, granos integrales, limitando las grasas saturadas y trans (seleccionando las grasas saludables como la de olivo, de canola, las nueces, las semillas y los aguacates o paltas); eligiendo pescados grasos con alto contenido en ácidos omega 3), carnes magras, pollo y lácteos desgrasados o bajos en grasa. Y no te olvides de las legumbres como los frijoles o habichuelas y de limitar la cantidad de sal.

4. Trata de mantener un peso saludable: Limita el tamaño de tus porciones. La obesidad contribuye no sólo a las enfermedades cardiovasculares sino a otros problemas crónicos como a la diabetes, a la artritis, a la apnea del sueño y a la depresión. Y recuerda que la actividad física te ayuda a lograr este objetivo.

5. Procura mantenerte activo: Trata de incorporar el ejercicio en tu vida diaria. Si haces algo que te agrada es más sencillo que lo hagas con regularidad. Simplemente caminar 2 millas al día podría ser suficiente, y no tienes que caminar las 2 millas de una vez. Desde luego es mejor si puedes hacer mínimo 30 minutos a 60 minutos de ejercicio la mayoría de los días.

6. Revisa tu presión arterial: Si está elevada, asegúrate de controlar la hipertensión (presión alta). Lleva una dieta baja en sal y toma los medicamentos recetados por tu médico. La presión alta puede no causar síntomas y es importante medirla para determinar si está alta y para saber si está bajo control.

7. Revisa tu nivel de azúcar en la sangre: Ya sea que tengas prediabetes o diabetes, ambas aumentan tu riesgo de enfermedad cardiovascular. Si tu diabetes no está controlada y tu A1C está arriba de 7, tu riesgo de que desarrolles complicaciones cardiovasculares aumentan. Muchas personas no tienen síntomas cuando su nivel de azúcar está elevado. Es muy importante chequearse en casa como te indique tu médico y asistir a tus visitas con él o ella regularmente. Pero, si desconoces tus niveles de azúcar en la sangre y tienes 45 años o más o, a cualquier edad, si tienes los síntomas típicos de la diabetes (mucha sed, aumento en la frecuencia con la que vas al baño a orinar, mucha hambre y cansancio) es importante que te revisen el nivel de A1C o de azúcar en ayunas.

8. Revisa tu nivel de colesterol en la sangre: Como en el caso de la hipertensión típicamente no da síntomas, sin embargo, cuando se encuentra elevado se puede ir depositando en el interior de las arterias formando placas que pueden llegar a taparlas o, un pedazo de esa placa se puede desprender y puede llegar a tapar una arteria (un vaso) más pequeño evitando que fluya la sangre y causar un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular. Al hablar de prevención, si el colesterol está elevado, hay medicamentos que disminuyen su nivel para evitar que se formen las placas o, si hay placas para irlas removiendo.

9. Procura reducir el estrés: El estrés contribuye a las enfermedades cardiovasculares. Hace que se liberen algunas hormonas que causan que estemos en condiciones de alerta, que se acelere el corazón, en fin. Esto es especialmente cierto si el estrés es crónico. Todos tenemos cierta cantidad de estrés en la vida diaria, pero hay cosas que podemos hacer para reducir el estrés como hacer ejercicio, hacer yoga, procurar dormir suficiente, pasar tiempo con la familia (obviamente si tienes una buena relación con tu familia), tener buenos amigos con los que nos divertimos y nos reímos, aprender a meditar. Si puedes, procura evitar a las personas y las situaciones que te causan estrés.

Un ataque al corazón o un derrame cerebral son una señal de alerta tardía. El diagnóstico de una enfermedad cardiovascular asusta a cualquiera. Como siempre “prevenir es mejor que remediar” ¡Hay cosas tan sencillas que podemos hacer para ayudar a mantener nuestro corazón saludable! Si desconoces tus antecedentes familiares asegúrate de preguntarle a tus padres y abuelos hoy mismo no sólo acerca de los antecedentes cardiovasculares, sino acerca de otras enfermedades y anótalos. Es importante que los compartas con tu médico o proveedor de salud.


Fuente: vidaysalud.com

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